lunes, 8 de septiembre de 2014

Intento ir despistada y coqueta, intentando caminar como un alma libre a la espera de no esperar nada. Metida en cada instante que me producía el aleatorio de cada canción y en el cual podría quedarme el resto de mi vida. Camino y me fijo en el color de aquella esquina tan tuya, en el olor de cada recuerdo que vuelve con cada pared, con cada lugar y con cada paso que doy. Me sonrío al sentir nostalgia por cada momento vivido y por lo que me espera en aquel edificio de ladrillos nuevo. Mis pies andan deprisa para evitar agregar una hoja más a nuestra historia, para no caer en miradas, para no perderme en sonrisas. Pero cada paso que doy tiene su huella marcada y hasta la parte de mi que cree en las segundas partes tiene dudas. Mis nervios hacen que tararee una canción inexistente pero es una forma reafirmarme conmigo misma. De sentirme vida y vivida. No tengo prisa ni reloj. Ni dueño ni miedo. Por un lado pienso en que ya no puedo perder más.
Simplemente camino.
Y entonces ahí estás.
Y entonces te veo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario