Lo hicimos en cada conjunción existente que nos llevaba por sitios inesperados sabiendo que no íbamos a ser los mismos, no volveríamos atrás. En todas las conjugaciones que jugamos, yo hice muy mío tu antojo y tu mezclaste tu desdicha en plena alegría, a sabiendas de que era un camino inequívoco y fugaz. Decidimos coger de la mano el vértigo y saltar al vacío en un intento de dejarnos llevar. No le dimos valor al silencio, pero si a la locura, un tipo de locura que de una forma u otra nos daba paz. Nuestro himno era la risa, no teníamos aspiración ninguna más que aquellas ganas imprudentes de un todo, aquí y ahora, sin importar nada más.
A lo mejor no llegamos a ser verdad, pero si fuimos ciertos y aciertos. Y fabricábamos historias basadas en los años 80 donde la vida realmente era vivida en medio de cigarros que se consumían mientras el azar jugaba su última partida.
Y así fue, volar si hizo tan fácil como tocar fondo
Pero viste claramente que me equivocaba y tu estabas confundido conmigo. No dimos nombre ni importancia, ni fuimos honestos ahora, ni lo seremos ni aquí ni allí...
La luna me sabe a poco - Marea
No hay comentarios:
Publicar un comentario