lunes, 19 de marzo de 2012

Definiendome a mi misma

A Vanessa se la conquista desde fuera del mundo y desde dentro del suyo propio. No podrás quererla sino la comprendes primero o mejor dicho, no te amará jamás sino intentas entenderla. Pierden irremediablemente el tiempo todos aquellos que pretendan lo contrario. Vanessa, mujer emotiva y activa, ama lo que afirma y confirma. Solo aquel capaz de sorprenderla dese un primer momento podrá llegar a su corazón. No intentes presionarla, huirá. Invítala a cenar o mejor, hazle la cena y dale una conversación trascendental. Dale una de cal y una de arena, el juego es lo que la mantiene viva. Piérdete por los bares e intenta conocerla de nueve. Dile que lo que sientes o lo que piensas mirándola a la cara, lo que dice tu mirada es lo más importante para ella y dale su espacio cuando lo necesita. Yo aprendí a quererla así, descifrando silencios. Sus silencios. No intentes romperlos con frases absurdas y estúpidas... huirá. Si te fijas bien ella dice más cuando calla que cuando hablar. Aprendí a no intentar saber en todo momento lo que pasa por su cabeza. Eso es una utopía. La palabra rutina es inexistente para ella, con ella cada día es como el primer día. Aprende lo que dicen sus besos y cuando los necesita... No es fácil llegar a su corazón, pero Vanessa es capaz de amar con ese tipo de amor que no se olvida.

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