sábado, 18 de diciembre de 2010

Erase una vez...

Me deshago en esta habitación tapándome los ojos con una manta, nunca fue tan duro perder los zapatos. Como guisante bajo colchón y repitiendo esa canción sobre el Pirata que tanto TANTO me hizo llorar, se me pasan los minutos con aceleración, me ensordecen los gritos de la puta soledad de mi habitación y es entonces cuando el techo cae, las estrellas no existen y todo lo que hay al rededor muere.
Abro los ojos porque esa voz que escucho no es la tuya, quizás nadie me ha llamado. El tiempo es fugaz y las sirenas de Peter siempre serán prostitutas. Y como ellas, conozco a una que otra Wendy capaz de joderte la vida directa o indirectamente, me he hecho tantas veces esa pregunta que ya no lo sé y últimamente ni me importa...lo siento, pero es verdad.  Falsos romances y salivas prestadas. Lo siento pero esta noche, cambio de cuento.

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