jueves, 27 de enero de 2011

Cuando vuelve el pasado...

De repente me descubrí removiendo en un cajón que suponía olvidado. Encontré olores húmedos, salados, antiguos, mojados, edulcorados e incluso hirvientes. Todos ellos pertenencientes a aquellas dos personas que estaban bajo la música de ese viernes por la noche, amores que ya eran parte del pasado. Debajo de ellos un par de exánimes miradas  que se debieron extraviar aquella noche de hace un par de inviernos. Encima descansaban como mínimo un centenar de lágrimas derramadas, que en su tiempo recorrieron mi cama. Continué la expedición cruzándome con besos de verano, dedos en la espalda, de agua salada, de mango, de lluvia y de despedidas a la vez que un pequeño tarro con palabras y escritos de anhelo, de recuero, de decir te quiero, de ganas, de echar de menos.
Y entonces comprendí que mi descuidado y abandonado cajón no era otra cosa que un vertedero de todos los instante de los que alguna vez huí. Entristecí tanto al darle muerte a todos ellos....

No hay comentarios:

Publicar un comentario