lunes, 10 de enero de 2011

Hoy llueve...

"No estoy triste" se repetía una y  otra vez. "No estoy triste, no estoy triste", como si así pudiese llegar a convencerse a sí misma, o a engañarse, o convencer a los otros que ella seguía siendo la de siempre, la de los viejos tiempos, la que nunca tenía nada que peder... Porque lo único peor que estar triste es que los demás sepan que estás triste.

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