"Sabía perfectamente como era el amor... en séptimo grado. A pesar de no haber sentido el amor todavía, si hubiera entrado en mi habitación lo habría reconocido a primera vista. El amor tenía una sonrisa bonita, una pulsera de la amistad, tocaba la guitarra y sabía todas mis canciones preferidas. No tenía miedo de acompañarme hasta la puerta de mi casa aunque estuviera mi madre esperándome porque me había pasado de la hora. Y lo sabía de verdad, a lo mejor estaba buscando en la sala equivocada, pasando por el pasillo incorrecto. Pero ahí estaba, estaba más que segura... Solo tenía que encontrarlo.
Pero cuando el amor realmente apareció, tenía un corte de pelo horrible, usaba la misma ropa una semana seguida, odiaba acompañarme a mi casa y no sabía nada de las canciones que me gustaban. En cambio, cada vez que intentaba besarle, se chocaban nuestros dientes. El amor fue la razón por la que empecé a mentir a mis padres, "Voy a... casa de Elena". No sabía bailar, y yo, esperaba al lado del teléfono porque sabía que mis padres no podían cogerlo. Pero el amor creció, se estiró como una cama elástica. El amor cambió, desapareció lentamente, como los dientes de un bebé y perdí partes de mi que nunca pensé que necesitaría. Se desvaneció, como un mago amateur, todos podían ver la trampa menos yo. Habían otros lugares que planeé visitar, pero mis planes no importaban.
El amor se alejó por años, y cuando reapareció, casi no lo reconocí. Olía diferente, tenía los ojos más oscuros, una espalda más ancha, tenía pecas que no reconocía, nuevas manchas de nacimiento, una voz más grave. El amor dormía diferente, tenía otros libros favoritos, canciones que le recordaban a alguien más y otras que no le gustaba escuchar. Y yo también.
Pero había un banco en un parque que nos acomodaba perfectamente, encontramos chistes que nos hacían reír. Y ahora, el amor me prepara galletas de chocolate cuando estoy enfadada, aunque se las coma casi todas cuando le entra hambre en medio de la noche. El amor se ve increible con su traje, aunque adore verle con una sudadera vieja un domingo. El amor es con conductor pésimo, pero un buen copiloto. Sabe muy bien a donde va, aunque suele tardar 2 horas más de lo que planea. El amor es más desordenado, y no es fácil, hace bromas delante de mi familia que no hacen gracia, mastica muy fuerte y no baja la tapa del vater después de cagar.
Pero el amor también llora, y me dice lo guapa que soy con todo su corazón en cada momento. Cuando te despiertas "Que guapa eres", cuando has estado llorando "Que guapa eres", cuando no quieres escucharlo "Que guapa eres", cuando no te lo crees "Que guapa eres", cuando nadie más te lo va a decir "Que guapa eres". Porque realmente piensa que guapa eres. Pero el amor no es perfecto, y a veces se le olvida decir cuando más necesitas escuchar "Que guapa eres".
No podemos olvidar que el amor no es lo que esperas, no lo puedes predecir, a lo mejor está ahora mismo en Nueva York desayunando, o en Sidney, preparándose para ir a la cama. A lo mejor siempre está en el horario equivocado, a lo mejor no está preparado para ti, o a lo mejor tu eres quien no está preparado para él. A lo mejor el amor no es el más adecuado para casarse, a lo mejor la próxima vez que lo veas han pasado 20 años después de un divorcio, y se ve más viejo pero tan guapo como lo recordabas. A lo mejor el amor solo está por un mes, a lo mejor está para cada fuego artificial, para cada cumpleaños o cada visitar al hospital. A lo mejor el amor se queda, pero a lo mejor no puede. A lo mejor el amor debe.
Pero el amor llega exactamente en su momento, y se va cuando se tiene que ir. Cuando el amor llegue, solo dile "Bienvenido, ponte cómodo" y si se va, pídele que deje la puerta abierta, apaga la luz, baja la música y escucha el silencio mientras susurras "Gracias, por haberte pasado". "
No hay comentarios:
Publicar un comentario