Cerré los ojos, suspíré, por un momento empezé a oler a aquel rissotto de boletus con gratinado de mozzarella. No creo que haga falta decir que es mi preferido... Cuando abrí los ojos me di cuenta que no, no estaba en mi italiano. Y no, tampoco estabas tú a mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario