lunes, 11 de junio de 2012

Tu mirada me hace grande

Mira, no pido mucho, 
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas 
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre. 
¿No me prestas tu mano en esta noche 
de fin de año de lechuzas roncas? 
No puedes, por razones técnicas.
 Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo, 
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles. 
Así la tomo y la sostengo, 
como si de ello dependiera
muchísimo el mundo
 la sucesión de las cuatro estaciones
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
                                                                           
Julio Cortazar 

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